La cuestión de la nacionalidad española

La cuestión de nacionalidad no es algo sencillo de responder ni entender. Ni si quiera en Noruega, país que tiene una forma política centralista, es fácil encontrar a alguien que se considere simplemente “noruego”, la mayoría de gente se siente identificada con la zona donde ha crecido puesto que la zona deja una marca para muchos imposible de borrar: el dialecto. El dialecto es un tipo de huella identificativa, en seguida que un noruego escucha a otro pronunciar una “erre” afrancesada no tienen duda de que son de Bergen o alrededores, de la misma manera que la gente con un habla más melodiosa se suele asociar con la zona norte del país. La diferencia principal entre Noruega y España es que en Noruega la gran mayoría se sienten noruegos a pesar de que su forma de hablar sea distinta. Las regiones dentro del territorio español cuentan con una larga historia previa a la de España puesto que el país estuvo dividido durante cientos de años. Como resultado de esta diversidad histórica, en España se encuentran varios idiomas y nacionalidades y en varias ocasiones ha habido conflictos entre las distintas zonas del territorio, como suele pasar con la mayoría de países fronterizos.

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Manifestación por la independencia de Catalunya en el Camp Nou (http://www.elgoldigital.com/el-fc-barcelona-estudia-jugar-la-liga-francesa-en-caso-de-que-cataluna-logre-la-independencia/).

 

El último conflicto bélico interior de España, la Guerra Civil y la dictadura franquista, creó todavía más desacuerdos entre las distintas zonas y hoy en día las disputas nacionalistas siguen como reflejo de una sociedad que no confía en su propia población. En España hay mucha gente que no se siente identificada con la bandera ni la idea de ser “español” porque esta idea centralizadora le recuerda a la dictadura franquista. Y aunque hayan pasado ya 40 años desde la muerte del dictador, el odio sigue vigente dentro del país. Esto favorece a las minorías nacionales. Por ejemplo, para un catalán puede sonarle más ético considerarse catalán que español simplemente porque la historia de Catalunya ha sido una más pacífica que España, es una especie de reacción al estado centralista. “La letra con la sangre entra” es un dicho español que pienso que es muy oportuno para definir la España franquista: se refiere a que uno aprende cuando es forzosamente obligado a ello y de esta manera se hizo, la gente estaba forzada a hablar en español, los demás idiomas debían ser olvidados. El franquismo impuso un idioma y una cultura única de una manera muy radical y es por lo tanto normal que mucha gente estuviera en contra.

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Sátira sobre los tipos de catalanistas. (www.eljueves.es)

Olvidar sería la mejor opción. Olvidar lo pasado, la España de hoy en día no es la de antes pues el sistema político de ahora es la democrático y no represivo. Pero, como he dicho antes, la dictadura se sigue oliendo como si fuera un fantasma de Franco. Esto es así porque la transición de la dictadura a la democracia fue una transición pactada, es decir, los políticos franquistas salieron impunes y muchos de ellos mantuvieron puestos políticos importantes dentro del parlamento democrático. Obviamente esto es un símbolo claro de que la democracia se tiene que escribir entre comillas. La inseguridad del Estado democrático español y la falta de unión interior ha reforzado los movimientos nacionalistas porque han sido para ellos una especie de forma de escapar de este fantasma de Franco. En el caso del País Vasco y ETA se ve claramente puesto que el movimiento nacionalista fue una respuesta contra la España franquista.

Mi opinión es que, aunque no me considero una persona nacionalista, entiendo que mucha gente catalana o de otras regiones de España respalden los nacionalismos como una vía para librarse de la identidad centralista. De todas maneras, creo que también nos estamos empezando a acercar a un entendimiento común, puesto que empiezan a salir movimientos políticos de ámbito estatal que quieren luchar contra la sombra franquista. No es casualidad que el color del partido político “podemos” sea el morado republicano.

 

 

Alba Jiménez Bagà

El sufragio femenino durante franquismo

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Es importante a ver como las mujeres vivían durante el franquismo, como las perdieron su poder de ser independiente y que pocos derechos tuvieron. Las mujeres españolas han tenido  muchísimos dificultades durante este época.

Durante la Segunda República podemos ver que las mujeres finalmente recibían más derechos y la gente reconocía la igualdad entre los sexos. En 1931 las mujeres españolas consiguieron el derecho voto.

Cuando la Guerra Civil estalló ayudó la independencia de la mujer porque todos los hombre fueron a luchar, y necesitaba gente para hacer trabajos en oficios manuales y administrativos, enfermería y educación. También vemos que muchas mujeres lucharon con los hombres. La imagen de mujeres fueron totalmente cambia para lo mejor.

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(www.anthropologies.es)

La tristeza es que tras de la victoria franquista perdieron rápidamente los derechos que habían alcanzado con tanto esfuerzo. Aquí fue medidos horrendos para las mujeres. El gobierno prohibió el educación mixta, entonces las niñas solamente tenían asignaturas obligatorias como música, labores, cocina, economía doméstica y educación física. La mujer se vio limitado exclusivamente a familia, el espacio doméstico y su función de esposa, madre y transmisora de los valores nacional-católicos. La mujer no pudo trabajar, ni disponer libremente su propio salario si trabajaban, sacar una pasaporte o el carné de conducir, abrir una cuenta bancaria, recibir una herencia o vender sus posesiones. Lo peor era que las mujeres también no tenían derechos sobre sus hijos, y si su marido quería adoptar un hijo podía sin consultar con su mujer y caminar por las calles sin su marido, padre o un relativo cercana era prohibido.

Estoy muy feliz que poco a poco las mujeres fueron tomando conciencia de sus derechos y comenzando a reclamarlos, y la sociedad veía cada vez más normal que se los concedieran.

Fuentes:

Moreno, C. (2014). España contemporánea. Madrid, España: SGEL